Si usted y su cónyuge intentan quedarse embarazados y no lo consiguen, el último estudio danés puede tener la respuesta a su problema. Según un informe publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, los jóvenes daneses que consumían más grasas saturadas tenían una concentración de espermatozoides un 38% menor y un 41% menos de espermatozoides en el semen que los que consumían menos grasas. Las grasas saturadas se encuentran sobre todo en carnes y quesos. Por tanto, comer sano es beneficioso en todos los ámbitos de nuestra vida, incluida nuestra capacidad para tener hijos. Siempre ha sido un factor para mejorar el rendimiento sexual. Y cambiar nuestros hábitos alimentarios es algo que podemos hacer por nosotros mismos.